Para hablar de mundos que se extinguen y de nuevos amaneceres -no necesariamente luminosos-, los miembros del grupo Caleidoscopio 401 recurren a un riquísimo muestrario de recursos argumentales: tormentas de arena de extensión planetaria que abren la puerta a universos paralelos, una isla cuya población desaparece de súbito, un preso que sale en libertad y busca empezar de cero en horizontes muy remotos, el viaje espacial de un supervillano, una profecía apocalíptica en el tiempo de los mitos griegos, un narrador al que es inevitable abrazar, ancianos revitalizados y con superpoderes, una criatura de origen desconocido tan extraña como simpática, una niebla que se adueña de todo lo que se pone a su alcance, una mujer en pugna contra la violencia que la rodea, ancianos seguidores de un culebrón o, por último, una visita de creyentes devotos que despierta antiguas culpas.